EL MUNDO
El número de hoteles participantes se reduce más de la mitad tras el fracaso del programa: de 31 a 16
•Las Islas pasan de 268.000 estancias a 75.000 en el último año
HUGO SÁENZ
Palma
15/05/2016 10:30
El programa de vacaciones para mayores de la tercera edad, Imserso, ha pasado en menos de un año de ser una bendición para empresarios y usuarios -gracias a su efecto desestacionalizador durante la temporada baja- a convertirse en poco menos que una pesadilla para quienes tratan de utilizarlo. Cancelaciones de viajes, cambios de fechas y hoteles anulados sin motivo aparente y sin apenas margen de reacción han sido el denominador común de una edición que casi todos tildan de «fracaso», hasta el director general del Imserso, César Antón.
Una situación que ha generado centenares de quejas de pensionistas que planeaban pasar unos días en cualquiera de los dos archipiélagos nacionales, y cuyo origen reside en el cambio de adjudicatario que se produjo el año pasado.
Mundiplan (la Unión Temporal de Empresas formada por Iberia, Alsa y Gowaii) arrebató después de 25 años de monopolio a Mundosenior (Globalia y Barceló) uno de los tres lotes de viajes para mayores subvencionados por el Imserso, en concreto el de Canarias y Baleares. La pugna llegó a los tribunales y finalmente Mundiplan se hizo con dos temporadas (2015/2016 y 2016/2017) de los viajes a las islas.
No obstante, el transcurso del programa este año hace que la participación de Mundiplan para el próximo esté más en el aire que nunca. Las quejas se suceden cada semana y el Gobierno le abrió un expediente en marzo que ha concluido con una multa de casi dos millones de euros. «Había motivo suficiente para abrir un expediente y analizar todas las incidencias que hemos recibido y ver si hay posibles penalidades», manifestó entonces el propio Antón a la Cadena SER, al tiempo que deseó «que no vuelva a ocurrir y que la UTE Mundiplan cumpla el contrato, reconduzca la situación y ofrezca un servicio de calidad a las personas mayores».
Y no le faltaba razón al máximo responsable del programa cuando afirmó que las incidencias estaban «dañando la imagen y el prestigio de un programa de vacaciones que copian como modelo otros países».
Los resultados saltan a la vista en Baleares, donde el Imserso ha perdido hasta febrero -últimos datos disponibles- 190.000 estancias, 1.800 puestos de trabajo y más de la mitad de los hoteles que participaban en la iniciativa.
Hasta ahora mucho se había hablado de estos episodios y los datos a los que ha tenido acceso EL MUNDO / El Día de Baleares no dejan lugar a las dudas. De las 268.000 estancias que se registraron en la temporada invernal 2014/2015 hasta febrero, se ha pasado a unas escasas 75.000 este año, un descenso del 72%. Y lo mismo sucede con el empleo. Si el ejercicio pasado más de 2.600 personas trabajaron en hoteles adscritos al programa (tanto fijos como temporales y fijos discontinuos) los resultados de este año no pueden ser más desesperanzadores. Apenas 900 personas lo consiguieron en esta edición en Baleares, un 62% menos.
En cuanto al número de establecimientos que participan en el Imserso este año, la cifra es también muy inferior a la de anteriores ediciones. Así, de los 31 hoteles que abrieron sus puertas a estos viajeros de la tercera edad el año pasado en febrero (17 en Mallorca, 5 en Menorca y otros 9 en Ibiza), se ha pasado a los 15 en el mismo mes de 2016, una caída superior al 50% en el cómputo global, pero muy superior en las Pitiusas, donde sólo ha habido dos participantes. Del mismo modo, en las estadísticas se observa perfectamente el retraso que sufrió el programa a finales de 2015, ya que en el mes de noviembre tanto las estancias como el número de empleados o de hoteles adscritos eran cero.
Por meses, pese a que el descenso -tanto en clientes como en estancias y empleos- es constante y continuado, es fácil comprobar cómo Mundiplan no ha sido capaz de poner fin a las incidencias. El último analizado, febrero, revela una caída superior al 50% en el número de estancias si bien el programa llevaba ya casi tres meses funcionando. Y lo mismo sucede con el empleo: de 195 trabajadores fijos del año pasado, se pasa a los 118 de este año, algo que se repite también con los temporales y los fijos discontinuos.
La prueba más palpable de cómo ha sido la gestión en esta edición se visualiza al comprobar que el número de estancias ajenas al programa (las que registran los hoteles al margen del Imserso) se ha mantenido en niveles muy similares a los del año pasado, sin apenas variaciones, mientras las del programa se desplomaban. Todo ello en el que ya es considerado por muchos como el mejor invierno de la última década para Baleares, con aumentos significativos en el número de visitantes, el gasto turístico y las llegadas, lo que debería haber facilitado las cosas.
Sin embargo, los problemas no han sido exclusivos de Baleares. Otro archipiélago, el de Canarias, también ha sufrido las vicisitudes de este servicio este invierno. Hasta el punto de que sus autoridades llegaron a protestar formalmente ante el Imserso y mantuvieron diversas reuniones con Mundiplan para tratar de reconducir la situación.
Los agentes sociales piden continuar con el programa y su gran preocupación es cómo salvarlo de cara al futuro, pues se trata de una iniciativa que funciona desde hace más de un cuarto de siglo, generando en sus buenos tiempos un impacto económico de casi 60 millones de euros en las Islas. Algo que, sin duda, sufrirá una reducción importante este año.
Aunque nadie se atreve aún a cuantificarla, la cifra podría verse reducida a menos de la mitad tras los problemas de este 2016.