Nosotros estuvimos en este hotel en octubre de 2004 y está muy bien. La habitación que nos tocó era espaciosa y con una terraza con vistas al mar. En cuanto al comedor, que es muy grande, las mesas son individuales y te puedes sentar donde te apetezca, siempre hay algunas libres.
La habitación que nos tocó era espaciosa, las camas enormes y tenía una terracita con vistas al mar y a Doñana.
El único pero es que está alejado de todo; en el extremo este de Matalascañas lindando con Doñana. A nosotros esto no nos importó ya que fuimos con nuestro coche. De todas formas hay servicio de bus en la misma puerta del hotel.
¡Buen viaje!