El hotel está junto al Coto de Doñana, en un extremo de Matalascañas alejado del núcleo comercial (sólo activo en los meses de verano) y de la parada del autobús interurbano, en una zona muy tranquila. En Matalascañas no hay nada que ver salvo pasear por la playa que es inmensa en longitud. Excursiones, pues lo mejor es Sevilla si no la conoces, Aracena y la Gruta de las Maravillas (setas si es temporada y jamón ibérico de bellota), la ciudad amurallada de Niebla, Huelva y La Rábida (no perderse la gamba blanca onubense ni el vino de naranja), el parque minero de Riotinto, y como está muy cerca Portugal lo más interesante es Lagos y la Punta da Piedade (espectacular). En cuanto a la visita al Parque de Doñana hay que tener en cuenta que esto es un terreno llano por tanto que nadie espere grandes paisajes tipo Pirineos, aquello es un tesoro si eres amante de la Naturaleza y llevas un guía competente, en otro caso una visita a la ermita del Rocío y su laguna con caballos o flamencos, según la temporada, es suficiente. En Matalascañas lo mejor sería alquilar un coche y en ese caso moverse por la costa: Isla Cristina, Punta Umbría, Ayamonte con un pescaíto y marisco fabuloso.
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